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jueves, 15 de noviembre de 2012

Louise Bourgeois

Estuve el pasado sábado en una exposición de esta mujer, lo único que sabía por encima, es que era una escultora y algo sobre arañas. Lo cierto es que cuando voy a alguna no me gusta tener una idea o referencia, me gusta verlo tal cual, sin saber nada. Y así hice.

Lo cierto es que cuando entré en la sala, me quede perpleja, me pareció un teatro todo aquello, no tenía sentido, en serio, habían cosas como ésto:



Claro que, fue lo primero que vi, no me rendí y me pasé por todas las salas, comencé a alucinar, porque por lo visto la mujer pilotaba bastante, lo que pasa que el arte era su grito y en estilos y lenguajes uno se queda corto, ¿verdad?, pues esta mujer olvidó completamente la belleza estándar, rompía las reglas.

Descubrí junto a una compañera, sin haber visto poco más antes, ambas, que era una persona que escondía mucho, sobretodo había un gran peso psicológico detrás de cada obra, era obsesiva y temía a la soledad en su casa, se refugiaba en su infancia y con ropa suya de hacía tiempo tejía esculturillas con espíritu maternal, muchos, con forma de embarazo, como alguna imagen que podéis observar, produce ternura a la par que desagrado. 

Dedujimos por ejemplo que tenía tres hijos por el reloj, la fecha de su nacimiento por las agujas, (que es curioso que pusiera 24 horas en el reloj), también vimos cosas escritas sin más en cuadros sobre soporte de tela, y soooobretodo, le obsesionaban las arañas, ella se consideraba como una, quizá haciendo referencia a la soledad, esto no lo sé con certeza, (ya lo descubriré), no olvidaré citar que el sexo no pasaba desapercibido... y que estaba completamente loca por algún amorío, no sabemos si son varios, o el mismo, en diferente orden temporal, el antes y el después, vaya, sin olvidar tampoco los problemas del hogar con sus hijos. 

Me quedo corta, si estáis interesados en verlo, está en la Casa Encendida de Atocha, (no sé hasta cuando), pero qué menos, que leáis su filosofía tan buena que tiene (por ahí abajo). 


















He de reconocer que sentí horror, y a la vez me sentí cómoda, puede que por la ambientación o porque era bastante personal, tanto que cada uno también se lo tomaba como tal, ya cada uno en sus vidas, claro. Vi cosas muy bonitas también que me dieron ganas de llevarme a casa, 
(ya estáis pensando mal...)
en serio, es una lástima que no dejen fotografiar, pues las que he subido son de google o que pude pillar rápido, me seguían los vigilantes todo el tiempo, pff, vaya mojón.
En cuanto, al tema de si es arte o no...
¡hay diversas opiniones!






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