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Nada es como pensábamos, porque no pensamos con la misma agudeza que se halla en la mirada, la certeza de si algo está delante de ti o no, cómo es.

Y la realidad es que las cosas que vemos son como son, pero cómo son, qué vemos.
¿Alguien ha pensado como era algo que veía, y al final no era así?, porque lo mirábamos de alguna manera que no era simplemente una visión objetiva de lo que debiera ser.
Porque tendemos a ver más de lo que hay, porque nuestra cabeza está llena de información y eso es bueno, hasta el punto en el que choca con la sensibilidad de la relación que debe haber entre la mente y el Universo.

Todos somos el mismo, diferente molde, diferente entorno, diferente historia. Y lo único que nos diferencia a pesar de estos enormes factores es la capacidad de la CONSCIENCIA de uno y la actitud en la vida en consecuencia:

Enfrentarse al titiritero que sostiene los hilos y romperlos, cultivar los caminos, robarle ese libro a las circunstancias y seguir escribiéndolo tú.
Hacer que algo era como pensabas,
y eso, hace el artista.