Image and video hosting by TinyPic

Menú

sábado, 13 de octubre de 2012

LOS SOFISTAS ERAN UNOS CACHONDOS


LOS SOFISTAS ERAN UNOS CACHONDOS



Buenas noches a todos. No somos nadie si no nos hacemos notar, ¿verdad? A veces hay que gritar, a veces lo necesitamos, pero hay que saber lo que se dice. Gritemos cuando haya ruido, pero digamos cosas coherentes. Los árboles son grises porque yo los veo grises; los árboles son grises porque son grises; los árboles son grises porque tú dices que son verdes. Vemos la diferencia entre ser prepotente, ser redundante y ser gilipollas, ¿verdad? Bueno, no basta con decir las cosas, a menudo se nos piden razones; démoslas. Pero, ojo, hamijos, Una cosa es razonar, y otra persuadir.




Los sofistas eran unos cachondos. Creían en el poder de la palabra para hacerse notar, para destacar, su filosofía consistía no en dar razones, sino en presentar como razones argumentos de validez dudosa. De esta forma conseguían violar mentes, meter ideas propias en cabezas ajenas. Fijáos: a día de hoy sigue habiendo sofistas. Sofistas, demagogos, hijos de Pugjxhgdhg que se aprovechan de que somos manipulables (por no decir retrasados) para convencernos de que la mierda que se nos ofrece va a ser lo mejor para todos. Tenemos que ser Platoncitos chiquititos, al menos en el sentido de comprender que cada cabeza tiene sus ideas, y que nadie sabe más que nadie. Cada argumento puede ser igual de válido que otro distinto, incluso que otro totalmente opuesto. En fin, pensemos por nosotros mismos, joé, que nuestras opiniones pueden coincidir, pero cada uno dará sus razones.




Así que, hamijos, dad vueltas al coco, y empezad por no tragaros ni media palabra de lo que yo os diga, que opinar distinto no es tener una idea equivocada; que no os importe ser PERROS VERDES:




Claro que soy un perro verde,

y un gato azul.
Ladrando versos; maullando estigmas
al cielo, a las estrellas,
para que vengan a verme.



Royendo de las notas

que apuñalan mi cabeza,
creo mundos;
creo sueños que gravitan
en un planeta sin luna;
que gravitan en mi almohada.



A veces la sangre se pierde

por orificios cerrados;
a veces muere
otro pedazo
de mis mohosas entrañas,
y así doy a luz al niño
que yo fui,
y vuelve a nacer para ser un perro verde.



Claro que soy un perro verde,

y un gato azul.
¿Qué tienes tú de especial?



http://www.youtube.com/watch?v=qCQDCC2d8Lc Os adjunto un gran monólogo de un gran cómico. A parte de reíros os hará pensar. Gracias, y ¡buenas noches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario