Veamos: últimamente el sueño rebaña mis sesos hasta que no queda nada, pero quería publicar, y punto, intentaré ser decente y legible (como poco).
Bien. ¿De dónde nace la violencia? Sí, es generada por la rabia, el incuestionable sufrimiento... pero ¿de dónde nacen los sentimientos que nos llevan hasta el punto de desear la muerte a personas ajenas, de querer destrozarlo todo (a veces incluso hacerlo), etc.? Cuesta aceptarse a uno mismo, y cuesta aceptar que la vida es dura, así que a hostias, aún quien sabe que el problema no se va a solventar, conseguimos desahogarnos. Si el problema se solventa con la violencia... el problema no está en nuestra situación; el problema está en nosotros.
Leyendo el título y teniendo un mínimo de cultura general (mínimo que suelo dar por supuesto, aunque quizá no debería) Quizá se os venga a la cabeza la palabra "Ultraviolencia". Aclaremos, para quien no lo sepa, que La Naranja Mecánica es un libro que fue llevado al cine por Stantley Kubrik. Hay que indagar en un hecho: el autor del libro, Anthony Burguess, publicó su libro en diversos países, entre los que se encuentra Estados Unidos. El libro consta de 3 partes, 7 caps. cada una, un total de 21 caps. En Estados Unidos la editorial no consideraba comercial un libro con 21 capítulos, por lo que se suprimió el último. De esta forma, Kubrik basó su película en la versión americana del libro, por lo que si queréis conocer el final de la historia, leed el libro. ALTAMENTE RECOMENDABLE.
En fin, voy al meollo. Antes debería disculparme con mis compañeros Ainhoa y Jorge porque quizá me adentre un poco en temas que conciernen a sus respectivas secciones. Dicho esto, existe una escuela de psicología denominada "conductismo", escuela que basa sus estudios en la premisa de que la conducta es determinante y excluyente para conocer el comportamiento de un individuo, ignorando y rechazando componentes subjetivos (emocionales) que son por lo general cruciales. En la película vemos cómo se aplican métodos derivados de esta rama para solucionar la conducta "ultraviolenta" del protagonista, y aquí es donde entro en debate. Mucha gente me ha preguntado el por qué del título de este/a libro/película: imaginemos una naranja; ahora imaginemos un robot, un objeto mecánico con apariencia de naranja, dimensiones de naranja y que al igual que la fruta real crece de un árbol hasta madurar. ¿Es realmente una naranja? Extrapolemos esto al argumento de una película. Mediante sus métodos, los psicólogos inducen al protagonista a experimentar un rechazo patológico hacia el sexo duro y la violencia extrema. De este modo, cada vez que presencia o intenta realizar algún acto de este tipo sufre dolores insufribles tanto físicos como psicológicos. La pregunta es: conocido el resultado de dichos métodos, ¿realmente se ha vuelto bueno el personaje? Diríamos que no, ¿verdad? pero vayamos más allá. Seguramente conozcamos personas de las que solemos decir que "de buenas, son tontas". Hay gente que hace el bien porque piensa que es lo correcto, pero estas personas... ¿diríamos que son buenas o podríamos afirmar que son esclavos de su personalidad y son incapaces de hacer el mal (hablamos de hacer el mal y no de hacer las cosas mal o cometer errores, cosas muy distintas sobre las que algún día entraré en debate)? Bien, ya dijo en su día Ortega y Gasset (sí, lo dijeron los dos a la vez) "Yo soy yo y mis circunstancias". Bien, les dejo a mis compañeros que indaguen sobre si somos buenos por naturaleza o si nuestro alrededor determina el hecho de que seamos de una forma u otra.
Bien, ya introduje el tema en mi último post, diciendo que los actuales sofistas nos taladran el cerebro para meternos pergaminos oxidados con ideas más oxidadas aún. Se puede ser esclavo de uno mismo, como el protagonista de la película, o podemos ser esclavos de la sociedad en la que vivimos, pero en cualquier caso no somos más que esclavos, porque, como dijo uno de mis músicos favoritos Steven Wilson: "A día de hoy, ser uno mismo es una utopía".
Vivo a merced de tus manos de espinas
colgado de hilos de frases vacías,
que actúan por mí,
pues no necesito
mi voz, ni mis brazos, si quiera un corazón.
Soy ese robot de cuero,
el títere de madera,
tu marioneta de mierda y
tú, mi ventrílocuo, tiembla;
que cualquier día cobro vida.
Merced de tus manos soy,
mas quien me mece es el viento.
Siembra bosques de madera,
leñador de sueños,
que guiñoles de carne
rosada
vivirán por la carne pegada a tus huesos.
Tiembla, Gepetto;
tiembla.
A pesar de que Steven Wilson tiene varios grupos, os dejo un tema de su proyecto en solitario. ¿Aburrido? Quizá; llamadme aburrido http://www.youtube.com/watch?v=yOuiRehjKKU .
De nuevo, un saludo, buenas noches y ¡gracias por leerme!
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